Road Trip australiano

Por Cristina Sanabria

Uno de los privilegios de vivir en Australia es poder viajar por sus alrededores. El otro día decidí con mi grupo de amigas alquilar un coche e irnos a un maravilloso lugar llamado Jervys Bay, situado a tres horas de Sydney.

Lo primero que me llamó la atención del coche fue la matricula, ‘xaxi’. Una matricula que dice Sunshine State, es ya de por sí una señal de que vas a hacer un viaje de guays. Lo segundo que más me llamó la atención fue el nombre de las carreteras, tan oníricas como Princess Highway uOcean Driver. Me he dado cuenta de que en este país a todo le ponen un nombre bonito. Tienen un márketing implícito increíble. Las playas se llaman Bondi Beach, Palm Beach, Byron Bay. En España tenemos playas más bonitas, pero nombres más feos. Si Torrevieja se llamará The Old Tower Beach sería la más cool de toda la coast.

Otro de los privilegios de viajar por el continente australiano es que casi todas las ciudades son costeras, el interior de Australia es básicamente desierto, por lo tanto cada vez que viajas por carretera tendrás la oportunidad de observar el maravilloso océano Pacífico. Los bares de carretera tienen terrazas y vistas espectaculares. Igual que en España, cuando paras en Villalpando si viajas al norte, o Jumilla si estás por Murcia. Eso sí, aquí no hay ni vino ni tortilla. Australia es un lugar para recrearte la vista, no el paladar.

Por el camino te irás encontrando las famosas señales de canguritos, ya que Australia tienen el doble de canguros que de personas. (40 millones vs 20 millones). Eso sí, es una especie superprotegida. Aparte de las señales alertando del peligro de encontrarte con uno de ellos, las carreteras están llenas de números de teléfono para ayudar a los canguros ( que no a ti) en caso de accidente.

Una vez que llegas al destino, no sólo el pueblo tiene un nombre bonito, es que todas las cosas son espectaculares. Todas parecen sacadas de una película, es como vivir constantemente en el barrio de Mujeres Desesperadas o Breaking Bad. Además, todas ellas tienen buzones preciosos. Estoy convencida de que en estos pueblos tiene que haber concursos de a ver quién tiene el buzón más bonito del vecindario.

Tras tres horas de viaje llegamos al destino y nos encontramos con una playa desierta, enorme y de arena blanca. Un auténtico paraíso. El único problema de las playas de Australia, es el “run run” constante en tu cabeza de estar en la peli de Spielberg y ser atacada por un tiburón. Te metes al agua, te das un bañito, te arriesgas y buceas, pero nada de “voy a tocar la boya y vuelvo”. Morirías. En realidad, las muertes por tiburón en Australia son muy escasas. Están cifradas en cuatro o cinco al año. Pero el miedo está presente, no sería la primera vez que estoy en la playa y la gente sale corriendo porque los socorristas avisan por megáfono que hay alerta de tiburones. Las playas que son muy concurridas en Sydney, normalmente están vigiladas por helicópteros, desde donde se da la señal de emergencia. No obstante, morir atacada por cocodrilos es más común. Son unas 200 muertes al año. Los cocodrilos se esconden en los ríos y atacan a su presa. El día que fui a Jervis Bay me bañé al atardecer en el río, y digo «Ya verás…. Todo el cocodrilo que me va a comer». Aunque sea muy improbable que pase, el respeto a meterte en aguas australianas existe.

Otro de los riesgos que tiene Australia es viajar de noche y quedarte sin gasolina. En este país por muy raro que suene, las gasolineras cierran entre las 8 y las 9. No en grandes ciudades, pero si te alejas un poco de ellas, vete pensando en ir con el depósito lleno si quieres hacer un viaje nocturno. Nosotras estuvimos en reserva buscando durante más de una hora una gasolinera abierta, y para nuestra sorpresa nos encontramos como cinco cerradas. Nos veíamos ya durmiendo en el coche y rodeadas de canguritos. Encontramos una en el último segundo y pudimos volver sin problema conduciendo por la carretera del Océano dirección Sydney, la cual lucía espectacular bajo la luz de las estrellas.

Autora (texto y fotos)
Cristina Sanabria

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *