Por Silvia Sánchez
Atardece fuera, sentada al lado de la ventana mis ojos se pierden en el horizonte rosa, azul, naranja. Estoy volando… Literalmente. Qué poco que me gustan a mí los aviones… Intento distraerme escuchando Bon Iver. La chica de al lado lee ‘Cincuenta sombras de Grey’, parece que se cansa y lo deja, el hombre de alante ronca y el de atrás encadena una cerveza con otra. Alguien comunica por el altavoz que estamos a 30.000 pies de altura y el avión sigue agitándose. (más…)