Por Adrián Badía
Segundo mes. El viejo párrafo que alimentaba mi melancolía día tras día se va diluyendo en los nuevos comienzos que, inevitablemente, iban a llegar:
Si despertar son mil quilates, de gloria bendita
mejor soñarme remendando, velas marchitas
que ya estoy harto de remar, compañera soledad
de tu puerta hasta la mía. (más…)