Quien no se siente de verdad perdido, se pierde inexorablemente. Lo decía Ortega en la Rebelión de las Masas. Angustiosa paradoja. Hay que tener cuidado si uno se siente protegido y ajeno a las preocupaciones. No asumir riesgos es también perderse lentamente. Quedarse en el refugio seguro es elegir inconscientemente el extravío y perpetuarlo.