Por Adrián Badía
Ni vine aquí de manera intencionada, ni me esperaba que al final me tocase esta ciudad -si es que me tenía que tocar algo, que no estaba para nada seguro- ni tampoco me alegré especialmente al saberlo. De lo que me alegré fue de tener algo. Me encontraba una mañana en casa, mordisqueando un boli, y me llegó un correo. Éste decía que, al fin, mi currículum encajaba en algo. No me fue indiferente, pero tampoco me alegré. Eso ya me lo habían dicho antes, varias veces, destrozando días después las mariposas de mi estómago de un balazo de Magnum 44 al estilo Harry el Sucio. Más abajo, el correo decía que llamase a la agencia -placement.uk, seguro que muchos la conocéis- para una primera entrevista antes de enviar mi candidatura a la empresa. Así que llamé. Fue bien, y se pusieron en contacto con ella. Al día siguiente me hicieron la entrevista -era viernes- diciéndome que después del finde me darían una respuesta. También fue bien, así que esperé con buenas sensaciones -muy contraria a la espera de cuando sabes que la has liado, y buscas un milagro-, y el martes me dijeron que sí. Que te vengas a Inglaterra. (más…)