Berlín

La odisea de la búsqueda de piso

Por Ignacio Urquijo

Ni se os ocurra besarles. Solo podéis buscar la mejilla del alemán o alemana al que os estén presentando si así queréis provocar una situación incómoda. Si tenéis suerte y os habéis ganado su confianza, quizás el encuentro acabe con un casto abrazo. Si no la tenéis, probablemente se despidan con un gesto lejano y un ‘Bis bald, a ver si nos vemos’ y otras promesas que no se suelen cumplir. Sin embargo, no estaría de más que procurararais quitaros los zapatos al entrar en las casas germanas, aunque el que te abra la puerta sea el desconocido más ignoto que te puedas imaginar. (más…)